Gracias al Real Decreto 1620/2007 aprobado por el anterior Gobierno para regular el uso del agua regenerada en España, el desarrollo de este sector durante los últimos siete años ha sido fulgurante, de forma que un 12 por ciento de las aguas residuales que pasan por las depuradoras ya se reutilizan en España según los últimos datos recopilados por el Instituto Nacional de Estadística.
No es para menos. Con la tensión hídrica que sufre nuestro país la reutilización se ha revelado como una herramienta indispensable para aumentar la disponibilidad de este bien en localizaciones especialmente sensibles como la costa, donde los ríos son sometidos a un mayor estrés que en zonas de interior dado que el agua depurada no se devuelve al cauce, sino que se vierte directamente al mar.
Así, el hecho de destinar el recurso procedente de las cuencas sólo para usos que requieran la máxima calidad, como el abastecimiento urbano, y emplear el agua procedente de las depuradoras con fines industriales o agrícolas para reducir la presión sobre los ríos, es una práctica que recibe cada vez más apoyos y que ha permitido a nuestro país situarse a la vanguardia internacional, con proyectos pioneros como el desarrollado por el Canal de Isabel II para la papelera Holmen Paper.
FUENTE: “El Blog del Agua”